Como era de esperarse la experiencia terminó siendo tan intensa, dramática y sorporendentes como los resultados que hoy podemos ver en pantalla. Interminables horas de render, innumerables complicaciones técnicas por resolver, un mínimo de recursos y una crisis eléctrica nacional de por medio; pusieron a prueba el compromiso y la paciencia de todos los integrantes del equipo, especialmente de quienes esperábamos ver el corto completamente terminado.
El final de la historia no pudo ser más revelador, Rafael Velásquez Stanbury trascendió sus condiciones y potencialidades como guionista, para demostrarlas también como novel director. René Alex y Chiguire Animation Studio dieron fe de su capacidad y talento técnico y artísticos, listos para afrontar nuevos y mayores retos. Y en nuestras manos queda un trabajo extraordinario para enriquecer el portafolio de nuestra nueva marca “Cine en Corto” con la que esperamos proyectar los valiosos trabajos de los jóvenes directores venezolanos y el crecimiento, cada vez mayor, del cortometraje en nuestro país.
Alejandro Tapia
